miércoles, 14 de julio de 2010

CHILE - Los Lagos y las minas

http://www.alterinfos.org/spip.php?article4542
Miércoles 14 de julio de 2010,

“Solos se quedan los hombres

al calor de las batallas,

y vosotros lejos de ellas,

queréis ocultar la infamia,

pero el color de cobardes

no se os irá de la cara.”

Miguel Hernadez, “Los cobardes”

En “Viento del Pueblo”, Lumen, 1937.

Los resultados de la encuesta CASEN [1] por fin son compatibles con lo que todo ciudadano percibe en lo cotidiano. La pobreza, lejos de disminuir, aumenta, esto pese a los mezquinos guarismos que se utilizan para el cálculo.

Mientras el PNUD hace doce años afirmaba que para no ser pobre se requerían casi quinientos mil pesos per cápita (casi mil dólares), las estadísticas oficiales considera pobre a quien gana menos de cincuenta mil [2]. Una violenta discusión se produjo hace casi tres años por ¡quince mil pesos! [3]. Doce años después el ochenta por ciento de la población a duras penas obtiene por su trabajo la mitad de lo requerido para satisfacer el mínimo necesario para costear el “desarrollo humano”.

Piñera reaccionó con histeria, del modo en que ya nos acostumbra, culpando a su antecesora, y a los “vicios del mundo moderno”, como la debilidad de la familia o la corrupción.

La pobreza es una realidad negada. No se trata de programas “sociales” ineficientes, es la estructura productiva del país asentada hace 36 años la que se rebela, aquello que Orlando Caputo [4] denomina “crecimiento empobrecedor”.

La “noticia” llega en el momento en que el gobierno se recupera del fracaso de su proyecto de impunidad tributaria para la gran minería, en que su mezquindad y falta de tacto permitió que la oposición encontrara un motivo para el rearme y la contraofensiva, aunque sea tan sólo desde los dientes hacia afuera: La defensa del cobre.

Ricardo Lagos Escobar y su retoño que nos ha instalado en la palestra, Ricardo Lagos Weber, se han convertido en los últimos días en los más fieros defensores de los recursos minerales usurpados gracias a la connivencia de nuestra clase política.

Ya que muchos compatriotas actúan bajo el lema “los enemigos de mis enemigos son mis amigos”, me siento en la necesidad de escribir esta breve guía para evitar la confusión y el infundado entusiasmo.

El misterio de la minería.

En el imperio romano sus gobernantes notaron que los agricultores y los mineros constituían dos grupos de personas, totalmente diferenciados culturalmente. La necesidad de producir los minerales suficientes para su auge económico y su expansión colonial llevó a que zanjaran la inveterada rivalidad entre dichos grupos. Los agricultores se quejaban, y con justa razón, que los mineros dañaban irreversiblemente sus predios con la explotación y prospección, y envenenaban el agua. Imponían precios excesivos para los mineros por el derecho a extraer las riquezas del subsuelo encareciendo la producción.

En ese momento regía la máxima que el dueño de un terreno era dominador “hacia arriba hasta el cielo, y hasta abajo hasta el infierno”.

Los gobernantes de Roma inventaron la “concesión minera” para que los intereses de la industria y su demanda de minerales subordinaran a los de los agricultores. De ese modo el minero podía imponer su derecho a explotar los minerales que yacían en el subsuelo sin necesitar la aprobación del dueño del predio y sin pagar más compensación que la cabida ocupada en las faenas.

Hasta hoy este principio rige en casi todo el mundo con la notable excepción de los EEUU.

Esta información me la entregó Julián Alcayaga [5], economista, hace unos meses. Mis profesores, de derecho romano, Maximiano Errázuriz; de derecho civil, Juan Andrés Varas; y de derecho de minería, Carlos Hoffman [6], jamás mencionaron algo al respecto.

En “Chile cobre y mineral” [7] la población está sumida en la ignorancia sobre su principal riqueza y ella no se suple ni siquiera accediendo a la educación superior. Es políticamente correcto no hablar sobre el cobre salvo que se refiera a la privatización de CODELCO. En tal contexto es lógico que cierta información, por más que se filtre a la prensa, no pueda ser interpretada por la sociedad y sea imposible organizar una respuesta política al saqueo legalizado de nuestros recursos minerales.

El royalty.

Del cobre nadie habla, y quién lo ha hecho ha recibido el abrazo del oso o un muerto adentro del closet, esa es la verdad de la milanesa.

El único medio masivo e independiente que quedaba, la radio Bio-bio, dejó de hablar del cobre desde que se asoció a CNN. En esa misma época reproducía la publicidad de los “mineros de chile” (el gremio de las multinacionales que saquean el cobre, el oro y el molibdeno) para limpiar contablemente un pago millonario por un silencio multimillonario en dinero verde.

La gran minería no se reprivatizó en los tiempos de Pinochet como se cree y se nos hace creer sino que en la concertación. En el comienzo del gobierno de Frei Ruiz Tagle se le puso un muerto debajo de la cama al ministro de minería, Juan Hamilton, el escándalo por el desmalezamiento del frontis de la refinería de petroleo de Con Con. En su lugar se designó a Carlos Ominami, el padre adoptivo y socio de Marco Enriquez Gumucio [8] (quién se hace apellidar Enriquez-Ominami. Ominami, MEO). Socialista renovado hasta el tuétano, no opuso resistencia alguna a la privatización de la gran minería del cobre, ni sus sucesores, ni los directores del servicio de impuestos internos, ni los presidentes del consejo de defensa del estado. Ninguno ha investigado jamás las multimillonarias evasiones tributarias de las grandes mineras.

Es así como las leyes de Pinochet, escritas por el hermano querido del actual mandatario José Piñera [9], fueron impuestas por mano ajena y en diferido. Por la concertación y en específico por “socialistas” y demócratas cristianos, protagonistas de la nacionalización y la chilenización del cobre respectivamente.

Frei traicionó a su padre, el que menciona sólo para subir en las encuestas, y junto a Lagos, que traicionó a su camarada Allende, se encargaron de privatizar las tres cuartas partes de la producción de cobre nacionalizada apenas hace unas décadas. Michelle Bachelet administró lealmente, para con los mineros, este legado.

Entregaron la cordillera completa a la Barrick Gold (el tratado minero binacional con Argentina) en que Marcelo Trivelli y las hijas de Belisario Velasco ( Extend ) se prestaron de lobbistas y dirigentes políticos al mismo tiempo.

Lagos, por su parte, impuso un “royalty” ficticio que en definitivas fue una reducción tributaria para las grandes mineras y además, graciosamente en nombre de todos nosotros (los que ganamos doscientas lucas y menos) les aseguró invariabilidad tributaria hasta el 2018.

Piñera, aprovechándose del pánico producto del “marepoto” [10], agregó al proyecto de reconstrucción una extravagante imposición voluntaria para la gran minería la que extendería por ocho años más la invariabilidad.

Para recaudar 800 millones de dólares las grandes mineras seguirían usurpando nuestros recursos con impunidad hasta el 2024. Sólo en los últimos tres años han extraído riquezas avaluadas en U$ 64.000.000.000.-

Ricardo Lagos Weber, quien no ha terminado su doctorado en Inglaterra ni devuelto los aranceles como es debido (entre otras gracias) [11] puso el grito en el cielo: “Se está vendiendo muy barato algo que es muy caro”.

Su padre se reunió con Piñera en la Moneda y declaró que el presidente había rechazado su propuesta y que por lo tanto no quedaba más que rechazar la invariabilidad.

¿Cual era esa propuesta? ¿Cual sería el precio adecuado para los Lagos?

Lagos Escobar dijo que era subir el impuesto a las grandes empresas [12], para suplir los 800 millones faltantes, y no tocar a las grandes mineras ni el royalty.

La concertación podrá resucitar enarbolando la bandera del Cobre [13] y su re nacionalización pero haga lo que haga no podrá borrar el “color de cobardes” del rostro de su dirigencia. Podrán apelar a nuestra desmemoria, a nuestro deseo de transformación, pero estamos advertidos que son agentes, y peor, son los más eficientes agentes de las mineras transnacionales.

Si queremos evitar que nuestro país siga sumido en la pobreza no basta exigir mayor “eficiencia” a Piñera ni rezar por el retorno de los concertados. Debemos tomar nuestro presente y futuro como a un toro bravío, por los cuernos, hacer política para este ochenta por ciento postergado y maltratado, estafado por sus enemigos y por los que se dicen sus amigos.

Si sólo a la mitad de los que no votaron en la elección pasada le entrara esto en la cabeza los Lagos y los Piñera deberían hacer las maletas e irse a vivir a Miami.

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