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Jueves, 24 de Junio
Van a almorzar juntos otra vez. Se extrañaban. La última oportunidad en que tuvieron tiempo de estar a solas fue en estas tierras del sur, más precisamente en la Casa Rosada. En esa ocasión –abril de 2009-, la presidente Cristina Fernández de Kirchner recibió en su despacho al mandamás de la Barrick Gold, Peter Munk. El amor entre ambos fue a primera vista, por no decir, a primera exploración y explotación. Semanas después de ese encuentro, Cristina lo invitó una vez más a su casa, pero Munk ya se había ido. A la reunión fueron otros directivos de su compañía junto al mejor amigo de los Barricks Boys, el gobernador de San Juan, José Luis Gioja.
Ahora es el turno de Munk de ofrecer de anfitrión. Durante su visita a Canadá, prevista para este sábado y domingo, Cristina se hará un lugar en la agenda para visitar a su amigo. Será el único compromiso fuera de los motivos que la llevan al país del norte. Por supuesto, acompañará a la Presidente el inefable Gioja. La comitiva también estará integrada por otros notables defensores de la minería: Luis Beder Herrera, gobernador de Tucumán, Walter Barrionuevo, gobernador de Jujuy y Juan Manuel Uturbuy, gobernador de Salta. Faltó Das Neves.
El tema que más le preocupa al lobby minero son las medidas ambientales impulsadas por el Parlamento Europeo para el sector y que, según los suramericanos, constituirían una barrera a sus exportaciones de minerales hacia el territorio comunitario. La intención de los europeos fue drásticamente rechazada por el bloque del MERCOSUR, y que posiblemente será tema de conversación en la reunión Fernández de Kirchner-Munk.
Reunidos el 16 de junio pasado en Buenos Aires, los secretarios y ministros de Minería del bloque fundado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay emitió una declaración de rechazo a la resolución aprobada en mayo pasado por el Parlamento Europeo, en la que pide una prohibición total del uso de cianuro en la minería europea antes del fin de 2011 con el objetivo de proteger los recursos hídricos y la biodiversidad.
"Ante las recientes normativas impulsadas por el Parlamento de la Comunidad Europea, que proponen trabas a la industrialización y comercialización de productos de sectores productivos como la minería de nuestro continente, los países de la región rechazaron las medidas por considerarlas restrictivas y perjudiciales para el desarrollo de nuestras actividades productivas", señaló la declaración del Mercosur.
Para los funcionarios, “la minería constituye una actividad fundamental de desarrollo” para sus pueblos. Parece que en Andalgalá, por poner sólo un ejemplo, no se piensa lo mismo.
Hipocresía al más alto nivel ejemplificada en las palabras del secretario de Minería de la Argentina, Jorge Mayoral, quien invitó a los europeos “a que conozcan la forma en que llevamos adelante la minería, en cumplimiento con los estándares de calidad más exigentes que el mundo conoce". Estamos en el horno.
viernes, 25 de junio de 2010
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